Entre mis metas más cliché de este 2015 está: Comer sano,
leer más y ejercitarme. (Qué innovador)
Antes de contarles que he estado haciendo para cumplir este
último objetivo les voy a contar brevemente mi experiencia con el deporte.
Gimnasia Artística: Entre los 9 y 10 años hice gimnasia
artística, era muy feliz haciéndolo y no era tan mala. Pero me cambiaron de
colegio y nunca volví.
Gimnasia escolar:
Después de mi experiencia de la gimnasia artística siempre intentaba
inscribirme en talleres deportivos: Cheerleader, fútbol femenino, campeonato de
quemadas.
Si bien nunca apesté en deportes, tampoco sobresalí en nada y
a la larga la flojera te come por dentro y olvidas que en algún momento de tu
vida el deporte te entretuvo y te hizo bien.
Gimnasio: Esto fue fatal, aquí comenzó una lenta decadencia. Odié el gimnasio. Gente encerrada, haciendo máquinas, oliendo
rarito, con cara de rarito y con una música de mierda o un canal de mierda
con un programa de mierda. Puedes llevar tu propia música y luchar para que
los audífonos no se te resbalen por la oreja sudada. DETESTO LOS GIMNASIOS. Y
lo que odio aún más son las clases de zumba y baile entretenido, que odio más
grande.
Clases de Ballroom: Aquí lo pasé chancho. Soy competitiva y esto era pura competencia para mí. Aprender técnica me
encanta: entender lo que estoy haciendo para poder hacerlo cada día mejor.
Duré dos años, bajé de peso, estaba tonificada, bonita (no en
mi peso ideal tampoco, pero me veía sana, que es lo que más me importa), pero
me inscribí a un diplomado y no me coincidían los horarios, así que me salí y cuando volví al grupo de baile mi motivación ya no era la misma.
Salir Trotar: Me compré unas zapatillas para trotar, nunca
me ha gustado trotar pero veía que la gente parecía gustarle y dije “ok Nats,
dale una oportunidad”. "Qué la adrenalina es adictiva", las pelotas. No daré más explicaciones.
¿Qué hago entonces? ¿Ser una sedentaria para toda mi vida?
¿Gorda fofa? Da lo mismo ser media rellenita, curvilínea, lo encuentro hasta sexy y sano, pero ¿fofa? ¿FOFA?!!! JAMAS!
Así un día navegando por internet encontré un vídeo sobre
cosas geek de Michelle Phan (L). Ella recomendó una aplicación llamada: SEVEN. Luego
por mi cuenta encontré DAILY YOGA
Hay versiones más largas, que supongo son los mismos
ejercicios con segunda o tercera vuelta, pero jamás lo he hecho.
Lo que más me gusta de esta App es que no necesita
materiales complejos, te las puedes arreglar con una colchonetita, una silla
(banca) y una muralla… O SEA.
Y además es con tiempo, la App te dice “Sentadillas” y te da alrededor de un minuto para que hagas sentadillas, vas a
tu propio ritmo.
Yo llevo el conteo de lo que alcanzo a hacer, empecé con 9 a
10 repeticiones de los ejercicios, ahora alcanzo a hacer 15 y bien hechos, esa
es la gracia no hacerlos al lote, sino sentir que tus músculos trabajan.
Luego de estar usando Seven durante un tiempo, me pregunté
si había una App de yoga para principiantes. Y cómo no, claro que había.
Hay diferentes rutinas que son gratis y otras que son
pagadas (Con las gratis te alcanza). Algunas secuencias son de respiración o meditación, otras
para hacer posturas sentado, de pie, saludo al sol, etc. Duran entre 5 y 20
minutos, tú elijes la rutina y su duración.
Recomiendo revisar la rutina rápidamente antes de hacerla,
para conocer las posturas porque es difícil estar mirando el Ipad y haciendo
yoga, es mejor saber lo que viene y solo concentrarse en las indicaciones de
respiración. Está solamente en inglés.
Espero que les hayan interesado estas App; seguramente hay más en el mercado, sólo deben
encontrar la adecuada para ustedes. Ejercitarnos no tiene por qué ser una
tortura, la idea es que nos haga feliz.
¿Ustedes qué ejercicios hacen?
¿Qué cosa les carga de ejercitarse?
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